¿Cómo fue el proceso de creación de ‘Ihalma’ desde la concepción de la idea hasta la última página escrita?
Ihalma ha resultado ser un trabajo sumamente intenso desde el principio. Ha sido muy emotivo en todas sus etapas y tal vez un poco más dilatado en el tiempo de lo que me hubiese gustado que fuese, pero como experiencia debo decir que ha sido algo totalmente increíble, y no solo el hecho de poder plasmar sobre el papel esa increíble historia, sino por la historia en sí misma. Ha sido un viaje único, irrepetible y totalmente inolvidable.
Cuál es tu rutina o ritual a la hora de escribir? ¿Tienes algún lugar o momento del día preferido para dejar volar tu creatividad?
Me gusta la soledad y el silencio que hay en mi estudio. Ese ambiente tranquilo y sosegado me ayuda mucho a la hora de trabajar. La serenidad que invade cada rincón de esa habitación se convierte en un potente estímulo que alimenta mi imaginación y mi creatividad, traduciéndose posteriormente en ideas, futuros proyectos e ilusiones que intentar llevar a cabo.
Prefiero el fresco del otoño o el frío del invierno a la calidez de la primavera o el calor del verano. Y cualquier hora del día es válida para teclear palabras en mi ordenador o escribir bosquejos en mis libretas, siempre que sea acompañada de una buena taza de café.
¿Qué autores contemporáneos admiras y qué libros recientes recomendarías a nuestros lectores?
El libro más reciente que he adquirido es de Gábor Ágoston y se titula El Imperio otomano y la conquista de Europa. Ha sido una adquisición derivaba de mi investigación sobre la cultura otomana para mi próximo trabajo, y debo decir que para aquellas personas amantes de la historia es un libro muy recomendable, de fácil lectura, muy bien estructurado y documentado. De todos los libros de este género que he leído, este ha sido el más interesante, instructivo y generoso en datos, de todos ellos. En cuanto a literatura de ficción la última que he leído ha sido de mi admirado Petros Márkaris La revuelta de las cariátides. La última entrega del entrañable Kostas Jaritos. ¿Qué podría decir yo de este autor y de su obra que no se haya dicho ya? Magnífico. Simplemente magnífico.
En tu opinión, ¿cómo ha evolucionado la literatura desde los grandes clásicos hasta la actualidad? ¿Qué cambios consideras más significativos?
Pienso que ha evolucionado mucho en cuestión de diversidad literaria y de géneros. De volumen de obras y la disponibilidad de estas a un gran público y tal vez, de oportunidades para aquellos que las escriben. No obstante, creo que en otros aspectos se ha quedado completamente rezagada esa gran evolución acontecida en el mundo literario. Me refiero a aquellos parámetros que se utilizaban y siguen utilizándose hoy en día —en algunas ocasiones más certeros que en otras— a la hora de valorar las obras de aquel que las firma y que en ocasiones no las escribe, pues sigue teniendo más peso el nombre firmante que la calidad de la obra que este firma. Existen filosofías que por muchos años que pasen a través de ellas, siguen gozando de una férrea inalterabilidad en aquellos que las practican.
¿Qué papel crees que juega la literatura en el arte y la cultura contemporánea?
Es una parte importante del arte y, por ende, de la cultura, pero no más que otras vertientes artísticas como pueden ser la música, la interpretación, el grafismo o la pintura, entre muchas otras. La evolución acontecida en el mundo literario a lo largo del último siglo también se ha visto reflejada en otras variantes artísticas, así como en el surgimiento de nuevas formas y expresiones culturales. El arte se ha expandido, multiplicado y abierto a posibilidades infinitas, ocupando cada una de las ramas que lo forman, un lugar determinado y de igual relevancia para la cultura actual.
Como columnista y fotógrafo en tus inicios, ¿cómo influyeron estas experiencias en tu desarrollo como escritora?
Soy una amante del arte confesa. De todo tipo de arte. Una pasión que se despertó en mí gracias a la práctica de la fotografía. Esa experiencia me condujo a querer experimentar otras formas de expresión, lo cual me llevó hasta la escritura. Siempre he sido una ferviente lectora y con una fuente inagotable de imaginación, pero nunca había pensado en realizar ningún tipo de proyecto escrito. Comencé como columnista en una pequeña revista juvenil, y al igual que la fotografía, esta práctica me llevó a querer emprender otro tipo de retos. Cada uno de los proyectos que he realizado a lo largo de mi vida, ha llevado consigo la experiencia acumulada de anteriores trabajos, pues es inevitable que así sea.
¿Qué temas o elementos consideras esenciales en la literatura para que esta tenga un impacto duradero en los lectores?
Creo que es importante que una obra tenga dinamismo y fluidez. Que esté escrita en un lenguaje sencillo, de comprensión fácil pero a la vez harmónico y elegante. Del mismo modo en que se bailaría una pieza clásica en un gran salón, la lectura de una obra debe conducir al lector hacia aquellos mágicos lugares que pretende mostrarle, de un modo suave y sencillo, con gran galanura y mucha delicadeza. Pienso que debería ser como esa pareja de baile que aferra su mano a tu cintura y te va mostrando los pasos que se deben dar, de un modo afable, continuo y sumamente cortés. Ello hace que algo tan trivial como un baile se convierta en una experiencia única e inolvidable.
Finalmente, ¿qué consejos darías a los escritores que están comenzando su camino en el mundo literario? ¿Cómo pueden encontrar su propia voz y estilo?
No soy yo persona que pueda, deba o se atreva a dar consejos a alguien. No tengo tanta experiencia en la vida como para tener la gran osadía de hacer algo así. Pienso que cada uno de nosotros debe buscar su propio camino y el mejor modo de encontrar aquello que busca. Cada uno experimentamos las cosas de manera diferente y lo que para mí puede haber resultado ser todo un hallazgo y de gran valía, para otra persona puede ser algo totalmente trivial e irrelevante.
