Américo Ramírez (Maracay, Venezuela, 1971) llegó a la escritura por una necesidad vital más que por una vocación temprana. Empresario en su país de origen y vinculado durante años a la creación de organizaciones políticas y vecinales en el estado Carabobo, su vida dio un giro definitivo tras el exilio. Fue entonces cuando la palabra escrita empezó a funcionar como una herramienta para comprender su nueva identidad y afrontar la ruptura con el país dejado atrás.
Instalado en West Palm Beach, Ramírez comenzó a escribir desde los márgenes. Primero como ejercicio íntimo y más tarde como forma de ordenar la experiencia migrante. De ese impulso nacieron Demoliendo la casa de los sueños, su primera novela, y 50 Historias de drivers, un libro de relatos inspirado en su primer trabajo en Estados Unidos como conductor de Uber. En ambos textos ya se aprecia una mirada atenta a lo cotidiano, marcada por el desarraigo, la observación social y una melancolía contenida.
Esa misma pulsión atraviesa Esos nombres raros, una obra que indaga en la identidad, la memoria y el peso simbólico de los nombres propios. La novela plantea cómo un nombre puede convertirse en marca, herida o refugio, y cómo la palabra que nos nombra acaba influyendo en la manera en que nos relacionamos con el mundo. Ramírez construye un relato donde lo autobiográfico y lo ficticio conviven sin fronteras claras, reforzando la autenticidad del discurso.
La escritura de Américo Ramírez no responde a una estructura rígida, sino a la lógica de la emoción y el recuerdo. Sus historias avanzan por asociaciones, obsesiones y episodios vitales que encuentran en la literatura un espacio de calma y comprensión. En Esos nombres raros, esa búsqueda se traduce en una prosa introspectiva que convierte la experiencia personal en reflexión colectiva.
Más allá de la novela, el autor ha desarrollado una comunidad de lectores a través de su blog historiasdedrivers, un proyecto que alcanzó difusión internacional y que se convirtió en un punto de inflexión en su trayectoria. Ese reconocimiento, especialmente fuerte en Latinoamérica, consolidó su decisión de seguir escribiendo y explorando distintos formatos narrativos.
Lejos de encasillarse, Ramírez ha ampliado su registro con la publicación de Escuela de Panteras / School of Panthers, su primera obra infantil, mientras trabaja en su segunda novela y en la continuación de sus relatos como conductor. Su trayectoria demuestra que la literatura puede surgir en los márgenes y que, a veces, escribir no es una elección artística, sino una forma de supervivencia y de reconstrucción personal.
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